17 ene 2013

Buscando cariño



Las cortinas de baño son entrañables. Salen de la tienda plegadas en el interior de un asfixiante e incómodo plástico, pero llenas de ilusión  por desplegarse en el nuevo lugar que las espera. Nadie se ha preocupado antes de explicarles su destino. Nadie las ha preparado psicológicamente para su labor. Esperan un lugar cálido y luminoso dónde lucirse tapando una ventana y se encuentran con un lugar húmedo y oscuro, haciendo de escudo contra el agua. En esa cruda y alicatada realidad, envidian con tristeza a sus hermanas del salón y dormitorios e incluso a las de la cocina aunque se manchen de grasa. Por esta razón, en algunas ocasiones cuando te duchas, buscan cariño y se pegan a tu cuerpo.